Una serie de charlas sobre temas ambientales ha realizado en investigador de INIA Remehue, Francisco Salazar.
La huella de carbono es un indicador ambiental y de sostenibilidad que mide la cantidad de gases con efecto invernadero (GEI) emitida por unidad de producto desde la extracción de materias primas hasta su uso final, reciclaje y disposición, permitiendo establecer la incidencia de una actividad, producto, evento u organismo sobre el cambio climático. En las últimas semanas este tema, junto con las emisiones de gases de efecto invernadero, se ha vuelto a tomar la agenda en distintos eventos.
El Doctor Francisco Salazar, investigador de INIA Remehue y Líder del Grupo de Especialidad de Impacto Ambiental del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), dictó la charla virtual titulada: Huella de carbono en la producción de leche, realizada en el marco del Primer Ciclo de Talleres Eficiencia Productiva, organizado por el Programa Territorial Integrado PTI Lechero Los Lagos, junto a sus asociados. Esta actividad se suma a la charla: emisiones y mitigación de gases efecto invernadero, en las jornadas ganaderas 2020 Ganadería Sustentable desde Chile para el mundo, organizadas por Corpcarne y otra exposición similar destinada a los alumnos de la Carrera de Agronomía de la Universidad de Los Lagos el pasado 8 de julio.
“Hemos estado muy activos en la realización de charlas y seminarios en la temática medioambiental por lo cual estoy muy contento, con mucha demanda y activa participación de agricultores, estudiantes y profesionales del sector en los temas ambientales, principalmente relacionados a lo que es gases de efecto invernadero, huella de carbono y su mitigación”, puntualizó el experto del INIA.
El investigador indicó que “el foco ha sido colocar en contexto la información que hay a nivel mundial y nacional referente a las emisiones de gases”. Al respecto informó que “el principal emisor mundial y de país es el sector energía y en segunda importancia el sector ganadero, donde nos compete obviamente tomar acciones para poder reducir las emisiones, que en el caso de Chile representan para todo el sector agrícola y ganadero el 10,5%, siendo el 78% generadas por el sector energía”.
Añadió que “como sector lechero y sector productor de carne, tenemos que tomar medidas, principalmente enfocadas al aumento de la eficiencia productiva. Al hacer esto reducimos las emisiones por unidad de producto, por lo tanto, reducimos nuestra huella de carbono, que está muy en boga entre los consumidores”.
Resaltó que, si bien la huella de carbono es uno de los parámetros importantes, hay otras huellas como la ecológica, la de energía y del agua, que también sirven para evaluar el comportamiento ambiental y saber cuán eficiente somos en nuestros sistemas productivos y compararnos con otros predios y con otros países, con un foco a la mejora continua de nuestra producción
A su juicio en el sector lechero y ganadero hay mucho que hacer en temas de alimentación, digestibilidad de los alimentos, en el manejo del rebaño y sanitario, que afectan finalmente la producción y que, si son realizados eficientemente, reducen la huella de carbono al generar más producto por unidad emitida de CO2 equivalente.
Sostuvo también que “se puede conciliar finalmente el hecho de producir, reducir el impacto y aumentar la rentabilidad a nivel predial”.
Destacó además que “como región tenemos ventajas comparativas por nuestras praderas, por nuestros sistemas de producción, por la presencia de bosques y árboles en nuestros predios que capturan carbono y también por las praderas que están siendo vueltas a mirar desde el punto de vista de la posibilidad de captura de carbono, entonces lo importante es cómo contamos lo que estamos haciendo, que lo estamos haciendo bien, que estamos produciendo en forma eficiente, amable y con el cuidado del medio ambiente y vendemos un producto de buena calidad”.
También expuso que “como INIA en estas temáticas hemos estado haciendo investigación, desde hace 25 años, trabajando en este tema de medioambiente relacionado a las pérdidas de nutrientes por la aplicación de fertilizantes o por manejos o por aplicación de purines y también las emisiones de gases, tanto de efecto invernadero como amoníaco, por ejemplo, y viendo cómo podemos hacer e implementar medidas de mitigación para reducir las emisiones, cómo implementar manejos a nivel predial, que nos permitan ser más eficientes en nuestra producción, o sea, acá la idea es sacarle el mayor provecho a los insumos, para producir la mayor cantidad de productos con el menor impacto ambiental.
En ese aspecto puntualizó que “el INIA puede contribuir con la investigación que tiene hoy en día, con la validación de la investigación que hay a nivel mundial y con la transferencia tecnológica como lo estamos haciendo con estas actividades de difusión”.
Acerca de INIA
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación, desarrollo e innovación agroalimentaria de Chile. Vinculada al Ministerio de Agricultura, cuenta con presencia nacional y un equipo de trabajo de más de 1.000 personas altamente calificadas. Ejecuta al año un promedio de 400 proyectos en torno a 5 áreas estratégicas: Cambio Climático, Sustentabilidad, Alimentos del Futuro, Tecnologías Emergentes, y Extensión y Formación de Capacidades. Estas iniciativas contribuyen al desarrollo agroalimentario sostenible del país, creando valor y proponiendo soluciones innovadoras a los agricultores, socios estratégicos y la población, generando una rentabilidad social que varía entre 15% y 25%, por cada peso invertido en cada uno de sus proyectos.
INIA, más de 55 años liderando el desarrollo agroalimentario sostenible de Chile.
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