A través de una selección genética y de la incorporación de granos locales como maíz y avena en la engorda final, buscando mejorar el perfil de ácidos grasos, manteniendo los aportes nutricionales beneficiosos para la salud humana.
Incrementar la grasa infiltrada en la carne producida en pastoreo para satisfacer la
demanda de un mercado cada más exigente y de alto valor, es el desafío que se
impuso el investigador de INIA Remehue, Rodrigo Morales.
A través de un proyecto financiado por el INIA como parte de un concurso interno
de investigación denominado Núcleos I+D 2018, el especialista en calidad de
carnes rojas ha trabajado intensamente para lograr su objetivo.
¿En qué ha consistido el trabajo realizado en el marco de este proyecto?
Nosotros estamos haciendo un ensayo en el que estamos evaluando el nivel de
infiltración o marmoleo, que es la grasa que está entre las fibras, en condiciones
de pastoreo. Para ello estamos haciendo diferentes estrategias de nutrición y con
ello queremos ver cómo las distintas dietas asociadas a una genética
determinada, producen más grasa infiltrada en los animales producidos en
condiciones de pastoreo.
¿Qué dietas están evaluando?
Tenemos 2 tratamientos. Uno 100% pastoreo y otro incluyendo granos locales,
como maíz y avena en la etapa final de la engorda, con raciones de 5 kg día,
hasta lograr una cobertura grado 2 en la canal, con pesos cercanos a los 550 kilos
de peso vivo. En ambos tratamientos hay animales don distintos grados de
potencial genético para infiltrar grasa. De esta forma mediremos el efecto de la
alimentación y la genética, cuya información hemos establecido previamente a
través de análisis realizados en el Laboratorio de INIA Carillanca y a través de un
panel genómico internacional. Este mismo ensayo se está replicando en la Región
de Magallanes para evaluar los resultados en las condiciones de la Patagonia.
¿Cuáles son los desafíos en esta materia?
El principal desafío es conseguir carne más infiltrada en condiciones de pastoreo.
En trabajos anteriores realizados en INIA hemos descubierto que la carne y
específicamente la grasa infiltrada, tiene más cantidad de omega 3 y ácido
linoleico conjugado (CLA). Si nosotros conseguimos más de esos compuestos en
los animales producidos a pastoreo, podemos obtener una carne de excelente
calidad sensorial y con atributos especiales que son beneficiosos para la salud.
¿Cuándo habrá resultados más definitivos y qué actividades de difusíón y
transferencia tecnológica hay considerados?
Este año vamos a tener resultados de los ensayos y los vamos a dar a conocer en
la sexta versión del Día del Toro de INIA La Pampa en septiembre de 2020.
Este proyecto es un trabajo en conjunto que incluye la participación de todos los
centros regionales del INIA, desde La Araucanía a Magallanes y busca aportar a
mejorar la competitividad, rentabilidad y sustentabilidad de la actividad ganadería
nacional.