Cada año cientos de estudiantes de todas las sedes de Santo Tomás participan de los Trabajos Voluntarios de Verano para realizar intervenciones planificadas en las zonas norte, centro y sur del país, donde los sellos valóricos e institucionales se ponen al servicio de la comunidad.
Hasta Tomé, región del Bío Bío, se trasladaron estudiantes de las sedes zona sur de Santo Tomás, desde Talca a Punta Arenas, para participar de los Trabajos Voluntarios de Verano del 7 al 3 de enero, iniciativa que es organizada por la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE) con el propósito de incentivar a las y los alumnos tomasinos a través de las actividades extra programáticas, ayudar a la comunidad y familias más vulnerables poniendo en práctica los sellos y valores Santo Tomás, tales como la empatía, solidaridad y servicio a los demás, esto también como parte de su formación profesional y desarrollo personal.
Desde Osorno, viajaron 17 estudiantes de distintas carreras de la casa de estudios, entusiasmados y con la esperanza de mejorar la calidad de vida de las familias y comunidad en general, así como también afianzar lazos de compañerismo y empatía entre ellos durante los
días que estuvieron realizando los trabajos de intervención.
La directora de Asuntos Estudiantiles de Santo Tomás Osorno, Paula Arias, se refirió a la actividad que realizan cada año, tanto en temporada de verano como invierno, “como es tradición, cada año se suman voluntariamente estudiantes para vivir esta experiencia
transformadora. Una experiencia que impacta el aprendizaje personal de los futuros profesionales, sobre todo a través del relacionamiento con las familias a las cuales ayudan a mejorar su calidad de vida con la construcción de mediaguas y revestimiento de viviendas
como también a través de las intervenciones comunitarias con los operativos de salud y otros servicios. En la experiencia del voluntariado nuestros estudiantes potencian los valores del sello tomasino, demostrando además gran entusiasmo y motivación por ayudar a las familias
que más lo necesitan”.
La experiencia de estos Trabajos Voluntarios de Verano en Tomé, en relato de los mismos estudiantes, fue motivador y esperanzador, en el sentido de que pudieron dar alegría a las familias a través de un simple gesto de solidaridad, que fue construir mediaguas y mejorar
algunos hogares, así como también poner en práctica la empatía, compañerismo y trabajo en equipo, que fue fundamental para lograr el objetivo de la estadía en dicha localidad.
Así al menos lo explica Fredy Garrido, estudiante de último año de la carrera de Terapia Ocupacional, quien por cuarta vez participa de los Trabajos Voluntarios de la DAE. “Lo más rescatable de los Trabajos Voluntarios es la conexión humana y lazos que se generan entre los
beneficiarios y nuestros compañeros, porque no sólo transformamos técnicamente un espacio físico, sino que aportamos esperanza a quienes lo necesitan, ver la gratitud sincera en losrostros de las personas y las familias al final de cada jornada cuando ven los avances, es
gratificante y piensas que todo el cansancio valió la pena. Santo Tomás, a través de estas actividades, nos enseña valores como la solidaridad, compañerismo y empatía, que son fundamentales para nuestra formación profesional y además nos recuerda poner nuestras
habilidades al servicio de los demás”.
Una reflexión similar es la que rescata la alumna de último año de Enfermería, Daniela Aguila, siendo ésta su tercera experiencia en los Trabajos Voluntarios, llevándose siempre un aprendizaje para compartir con sus demás compañeros, así como también para la vida
personal. “Los voluntariados siempre son una buena opción para ir en ayuda de las personas más vulnerables y tratar de aportar con un granito de arena para mejorar su calidad de vida, y junto con ello, también compartir, conversar, escuchar y muchas veces dar ánimo, porque cada familia vive una situación particular. Por eso también ponemos en valor lo aprendido en Santo Tomás, donde la solidaridad y empatía son pilares fundamentales que todos deberíamos hacer parte de nuestras vidas. Si tuviera que entregarles un mensaje a mis compañeros de sede, les diría que se atrevan ir a los voluntariados, no importa si no tienen conocimiento o habilidades en temas de construcción, nuestros mismos compañeros estando ahí nos enseñan, y al final, se forma una familia”.
En total, participaron más de 550 estudiantes y 130 colaborados en los Trabajos Voluntarios de Verano, impactando de manera positiva a las 74 familias beneficiadas y 10 establecimientos educacionales de las localidades de Tongoy, Malloa y Tomé.
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