Por Guissella Yáñez Torres
Jefa de carrera Técnico en Podología Clínica
CFT Santo Tomás Osorno

Cuando nos referimos a la humanización en la atención en salud hablamos de un conjunto de prácticas y acciones orientadas a hacer más humano al hombre no sólo con la acción de ser más cordial o empático, sino que también enfocándonos en los componentes principales de ésta:
profesionales, pacientes y familia, con un sistema de apoyo integral que responde a las dimensiones físicas, emocionales, espirituales y sociales de las personas.
No cabe duda de que la humanización en la salud es un desafío constante en nuestro actual sistema, lo cual representa una transformación en la prestación de los servicios y asistencia sanitaria, con un abordaje centrado en los valores humanos y en la dignidad de las personas.
La tecnología aplicada en exceso y sin propósito humanizador, el aumento de la demanda asistencial y la carga de trabajo administrativo, han acabado por convertirse en un obstáculo que impide que el paciente y sus acompañantes reciban una atención humanizada en salud alejando la presencia de un ser humano ante un paciente.
Actualmente la formación de los futuros, técnicos y profesionales de la salud, apunta a transformar e impactar en la atención que se otorga a los pacientes, siendo así con los estudiantes  de Técnico en Podología Clínica del CFTST quienes en su perfil de formación basado en
competencias adicionalmente a lo conceptual, procedimental incorpora lo actitudinal que tiene mucha relación con lo valórico, formando técnicos que sean capaces de demostrar un comportamiento ético y de responsabilidad social, respetuoso de la dignidad humana en las
relaciones personales y en los diferentes ámbitos de la acción laboral y profesional, manteniendo los principios de calidad, confiabilidad y confidencialidad, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y favorecer la autovalencia de los pacientes y su familia.
En este contexto, el estudiante de Técnico en Podología Clínica es formado con la finalidad de ser mediador de las relaciones de vínculos orientando su conocimiento al servicio de los demás, resaltando el trato digno a través de la comunicación asertiva, seguridad y calidad, con énfasis en el trabajo con amor (calidez, vocación de servicio, acompañamiento, dedicación, voluntad y paciencia), empatía, simpatía e innovación, implicando un proceso dinámico en el cual sean actores participantes del sistema de salud responsables de otorgar al paciente y su entorno desde su ingreso, estadía y egreso del establecimiento de salud, las atenciones y cuidados necesarios que se requieren para facilitar, mejorar y favorecer la experiencia del paciente, su familia y equipo de salud, aumentando así la satisfacción usuaria en la atención y comprometiendo al paciente con el autocuidado.
No olvidemos, además, que el trato digno en salud abarca otros aspectos que influyen en la calidad de la atención tales como la infraestructura, acceso a la salud, derecho a la información, confidencialidad, entre otros. Enmarcados todos en la Ley N° 20.584 de Derechos y Deberes donde se entregan las indicaciones de medidas concretas para que éstas sean aplicadas en los establecimientos de salud.

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