El jefe de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad Estatal de O’Higgins, Jorge Medina, analizó los efectos perjudiciales que han tenido estos elementos de protección personal utilizados durante la pandemia del Coronavirus.
El 1 de octubre terminó el uso obligatorio de mascarillas en los espacios públicos y privados, a excepción de centros de salud, lo que generará un efecto positivo en relación con el cuidado del medioambiente al disminuir la contaminación que estos elementos provocan.
“Las mascarillas más utilizadas cuentan con tres capas, cada una de ellas con una composición diferente y, según algunos estudios preliminares, cuentan con distintas tasas de descomposición que pueden alcanzar sobre los 31 años de tiempo de residencia media en sistemas como el suelo. Cuando estas mascarillas llegan a los distintos ecosistemas naturales, pueden afectar significativamente a la flora y fauna silvestre, lamentablemente una parte importante de estas ha llegado y llegará hasta los diferentes sistemas acuáticos”, afirmó el jefe de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad Estatal de O’Higgins (UOH), Jorge Medina.
El profesor asistente del Instituto de Ciencias Agroalimentarias Animales y Ambientales de dicha casa de estudios explicó que “cuando las mascarillas comienzan a descomponerse, una parte importante de ellas podría transformarse en microplásticos. Sabemos que éstos son muy perjudiciales para la salud, tanto de las especies marinas como de los propios seres humanos”
El ingeniero agrónomo y doctor en Ciencias de Recursos Naturales detalló que si bien las mascarillas parecieran a simple vista que están hechas de tela, lo cierto es que “están constituidas de distintos polímeros que son difíciles de degradar, normalmente hay mascarillas que tienen polímeros como polipropileno u otros similares que una vez que llegan a las matrices ambientales cuesta mucho que puedan ser degradadas y de esta forma son transportadas a distintos sistemas acuáticos, entre otros, hasta llegar lamentablemente a las costas”.
Por ello comentó que el fin del uso de estos elementos de protección personal podría tener un efecto positivo, ya que como consecuencia habrá una menor disposición de estas, reduciendo pasibles eventos de contaminación por el uso inadecuado de estos insumos.
Medina señaló que “estos materiales pueden afectar no solamente los ecosistemas marinos sino también ingresar dentro de la cadena trófica y afectar cada uno de los alimentos que nosotros consumimos cuando se trata de microplásticos”.