El doctor Leonardo Espinoza, dermatólogo de Clínica Bupa Santiago, entrega recomendaciones relacionadas a la radiación solar, al cloro de las piscinas, a los hongos, a los ojos y a las posibles picaduras de insectos.
Los días con altas temperaturas se hacen estables y las piscinas empiezan a prepararse para recibir a sus bañistas .Y es que en esta época de calor son grandes y chicos los que se dan más de chapuzón para refrescarse. Pero, ¿qué debemos tener en cuenta para cuidar bien nuestra piel? El doctor Leonardo Espinoza, dermatólogo de Clínica Bupa Santiago, nos cuenta.
Radiación solar
Lo más importante es protegerse de los rayos UV del sol y lograr que esto sea un hábito diario. “Estos meses de verano son los de mayor calor, pero la radiación ultravioleta está presente todo el año, y es esta la responsable tanto del envejecimiento de la piel como de muchos de los cánceres cutáneos. Los cuidados principales consisten en la aplicación de un protector solar, utilizar ropa que nos ayude a evitar los rayos solares directamente y evitar exponerse a la luz del sol en los horarios cercanos al mediodía. En cuanto al protector solar, si bien la recomendación ideal es aplicarlo cada 2 a 3 horas, especialmente en las zonas más expuestas como la cara, la clave es partir forjando el hábito, comenzando con una aplicación mínima de tres veces al día: en la mañana, cerca del mediodía y en la tarde”, explica el especialista.
En este contexto, también resulta fundamental cuidar los ojos, aplicando protector solar también en los párpados, utilizar lentes de sol en caso de exposición y evitar los horarios centrales del día. “En el caso de los ojos, en particular, hay que tener especial precaución con la luz solar que se refleja en el agua y la arena. Lo ideal es preferir lentes de sol que bloqueen la luz ultravioleta entre un 99 a 100%”, dice el dermatólogo.
En cuanto al pelo y el cuero cabelludo, lo más importante es proteger la piel de la zona, que también sufre los efectos perjudiciales de la radiación solar y muchas veces no lo tomamos en cuenta hasta que se genera una quemadura solar. Lo esencial es aplicar los mismos hábitos generales de protección del sol, siendo de mayor utilidad un sombrero u otra prenda similar.
Cloro, hongos e insectos
El doctor Espinoza también destaca la importancia de proteger la piel del cloro de las piscinas. “Genera una importante resequedad de la piel, lo que puede generar picazón e incluso terminar en una irritación, o dermatitis. La clave para evitar los efectos indeseados es simplemente aplicar una buena cantidad de crema humectante al terminar de bañarse”, explica.
Asimismo, el especialista explica que, con el calor y mayor sudoración, pueden aparecer hongos, ante lo que recomienda evitar la humedad, sobre todo en el pecho, espalda y pies. “En el pecho y en la espalda es frecuente observar en esta temporada casos de pitiriasis versicolor, una condición en la que un hongo que habitualmente vive en nuestra piel se activa y genera molestias, normalmente presentándose como manchas redondas y casposas, ya sea más claras u oscuras que la piel de cada uno (y de ahí su nombre: versicolor). En el caso de los pies, con frecuencia se genera maceración entre los dedos, lo cual es una señal de que hay hongos presentes. En ambos casos lo ideal es prevenir y, en caso de presentarse la condición, consultar al médico para que podamos indicar un tratamiento antimicótico apropiado”, señala.
Durante esta época y por un mayor contacto con la naturaleza, estamos también más expuestos a insectos. Según explica el doctor Espinoza, lo más común son las picaduras de zancudo, que suelen resolverse sin mayores problemas. En cuanto a las abejas y las avispas, es importante saber que pueden generar una reacción alérgica severa, por lo que, si el sitio de piel afectado presenta una reacción llamativa, extensa, o bien se presentan síntomas sistémicos tales como problemas para respirar o alteraciones de la consciencia, se debe acudir a un servicio de urgencia médica.
“Por último, cabe destacar a las arañas: en Chile tenemos a la Loxosceles laeta, más conocida como araña de rincón: si bien su hábitat es al interior del hogar y no al aire libre, son los meses de calor en los que se reportan la mayoría de las mordeduras, por lo que debemos tenerlas presentes. La recomendación es tener cuidado con aquellos lugares difíciles de limpiar, como detrás de los muebles o en los clósets. En caso de sentir una mordedura (que suele ser muy dolorosa) se debe acudir a un servicio de salud a la brevedad”, asegura el dermatólogo de Clínica Bupa Santiago.
EK.
JAVIERA MIJAC