La pandemia -y el régimen de cuarentenas dispuesto para contenerla- tuvo un efecto notorio en las preferencias y necesidades de los consumidores, lo que consecuentemente, determinó un cambio en la composición de la oferta del comercio, un proceso de adaptación que los almacenes de barrio concretaron ágilmente.
Antes de la crisis, parte importante de las ventas se concentraba en cigarrillos y bebidas no alcohólicas; con la continuidad de las cuarentenas, la demanda por estos productos se redujo, para ser reemplazada por carnes, congelados y artículos de aseo, entre otros, privilegiando productos de primera necesidad en desmedro de los suntuarios
Definitivamente, la cuarentena cambió muchos aspectos del consumo de las personas, fenómeno que fue rápidamente dimensionado por quienes tienen contacto directo con la población: los almaceneros. En función de ese cambio, y a medida que fue avanzando la pandemia, los almacenes de barrio adaptaron también su oferta a la nueva estructura de demanda de sus clientes, reduciendo, eliminando, aumentando o agregando productos.
De acuerdo a los datos de la división de Analytics de Almacén Gurú – app que conecta a los almacenes de barrio con grandes proveedores-, durante todo 2019 los productos que más adquirían los pequeños locales de barrio eran las bebidas no alcohólicas y los cigarros; sin embargo, ya para el peak de la crisis sanitaria, las preferencias y necesidades de las personas cambiaron “y los dueños de los almacenes se dieron cuenta y modificaron su oferta”, señala Carlos Uhlmann, CEO de Almacén Gurú.
Al inicio de las cuarentenas, la compra de congelados por parte de los almaceneros creció en un 2%. “Entre marzo y abril de 2019, es decir antes de la Pandemia, los dueños de los locales dedicaban entre un 2 y 3% de su catálogo a productos congelados, pero como las personas empezaron a demandar más este tipo de alimentos, también creció la compra por parte de ellos a los grandes proveedores, por lo que su oferta alcanzó entre un 4 y 5% durante todo 2020”.
Y si entre junio y julio de 2019, en la canasta de productos que vendían los almaceneros el tabaco significaba el 14,3%, para el mismo periodo de 2020 bajó a un 11,1%. Por otro lado, también bajó la venta de bebidas alcohólicas, que en junio del 2019 significaba el 9,2 % y durante la crisis bajó a un 8%, “lo que podría tener relación, primero con que ya no iban al supermercado con tanta frecuencia por las aglomeraciones y filas, entonces compraban todo en los almacenes. También puede influir que en muchas familias disminuyeron los ingresos, por lo que se priorizaba en alimentos, abarrotes y productos de aseo, es decir productos de primera necesidad” explicó Uhlmann. De hecho, durante los meses más duros, los almaceneros aumentaron la adquisición de alimentos en un 3%.
Durante esos mismos meses también se vio un aumento en la demanda de insumos de panadería y pastelería “lo que calza con los meses más duros, cuando muchas personas optaron por hacer pan en sus hogares al no poder salir”, sostuvo Uhlmann.
Con las nuevas cuarentenas impuestas por el gobierno “esperamos que los almaceneros vuelvan a modificar un poco su catálogo de ventas, tomando en cuenta que durante las vacaciones también hubo un cambio”, indicó Ulhmann. Esto, porque durante la temporada estival -cuando se relajaron las cuarentenas-, los almaceneros nuevamente comenzaron a modificar la canasta, comprando más gaseosas, cigarrillos y bebidas alcohólicas. “Según lo que vimos el año pasado, al inicio de la primera gran cuarentena, el lavalozas, cloro y alimentos de primera necesidad fueron los protagonistas de la oferta de los almacenes y lo más probable es que eso vuelva a ocurrir ahora” finalizó el fundador de Almacén Gurú.
Myriam Bustos
Vital comunicaciones