Si bien hoy su negocio se basa en el proceso de inyección de plástico, este se puede hacer tanto con material nuevo, como aquel reutilizado, dando una segunda vida a esta “basura”, ayudando a disminuir la contaminación y creando artículos que pueden durar de por vida. Te mostramos cómo funciona.
El plástico es una materia prima que ha sido muy criticada en los últimos años, disminuyendo su uso, tanto en Chile como en el mundo, principalmente de aquel desechable, como bolsas y botellas.
¿Pero qué ocurriría si este material tuviera una segunda vida y muy duradera? Es lo que hace la empresa Bacuplast, que trabaja el proceso de inyección de plástico, un método muy utilizado en la fabricación de piezas de gran consumo. Permite el moldeado de piezas y a través de un molde se inyecta a presión un polímero que se suministra en gránulos.
Este sistema ofrece múltiples ventajas, como un reducido costo, rapidez en el proceso, y obtención de un producto acabado que no requiere de más procesos. Es por ello que supone un método de producción de gran uso a nivel mundial.
Este proceso se puede realizar tanto con material nuevo, como con material reciclado, una de las opciones de esta fábrica (tiene las dos alternativas), logrando darle una nueva vida a los desechos, la cual se puede extender por muchos años, e incluso décadas.
¿Qué se puede hacer? Giovaninno Baselli Fernández, representante de Bacuplast (https://www.bacuplast.cl/), señala que con este método es posible hacer todo lo que el cliente tenga en su cabeza y lo quiera materializar, pasando por productos de menajes, hasta novedosos artículos anti-covid, que ayudan a evitar el contacto con algunas superficies.
“Cualquier producto que el cliente requiera lo puede desarrollar con plástico, ya sea nuevo o reciclado, y la duración puede ser incluso para toda la vida. Para muchos es algo difícil de creer, pero con los desechos se pueden realizar artículos con la misma calidad que el plástico nuevo y las opciones son infinitas. Hoy el cliente viene con una idea y comenzamos el trabajo”, agrega el profesional.
Los pasos son:
Proceso de definición de estrategia, donde vemos qué es lo que haremos.
Diseño del concepto, viendo el producto a grandes rasgos.
Afinar los detalles del diseño.
Realizar la matriz exacta de lo que busca el cliente.
Verificación y test: Se pone a prueba el modelo.
Producción
Mercado: Cuando es un producto de creación propia de la empresa, se ofrece al mercado.
Disposición final: Reutilización si el producto se convierte en desecho.
Bacuplast hoy ha desarrollado un sinfín de artículos, tanto con plástico nuevo como reciclado, algunos de estos muy insólitos y de los cuales se desconoce su materia prima, su calidad y su duración en el tiempo, factor que lo convierte en una pieza no contaminante.
Algunos de estos son:
D2One: Pulsador que se convierte en la extensión de tus manos y evita el contacto con superficies de alto tráfico. Es de fabricación propia y fue creado en pandemia.
Bandejas de alimentación escolar: Las hacen por miles, cumpliendo los requerimientos de los establecimientos. Pueden realizarse tanto de plástico nuevo, como reciclado. Esta segunda opción baja los costos.
Rodete de lavadora: Sin esta pieza la máquina no funciona, sin embargo muchos desconocen su origen, relacionado con la inyección de plástico.
Perillas de cocina: Las que utilizamos a diario son creadas por este método y si el cliente lo requiere, puede fabricarse con material reciclado.
Cajas de enchufe: Cubren los enchufes en viviendas y empresas. Estos incluso pueden hacerse con la marca del negocio, como un identificador comercial.
Menaje: En esta categoría encontramos vasos, platos, cubiertos, fuentes, coladores, entre otros utensilios, todos con una duración indefinida.
Giovaninno Baselli asegura que todos estos productos se pueden hacer personalizados, con los colores y logo de la empresa, algo que le piden muy a menudo.
Para conocer más sobre este proceso, sus alternativas y artículos que se pueden realizar, puedes ingresar a https://www.bacuplast.cl